Puede que sea chocante el título. No: lo ES. Pero es que creo que me siento más relajado que en toda mi vida, y todo gracias a que he superado la primera barrera que me propuse: contarle a mi hermana que me gustan las mujeres, pero también los hombres.
Todo ocurrió esta noche. Preparamos fajitas mi hermana y yo y acabamos los dos con dolor de tripa de tanto comer. Mi madre y su novio, unas horas después, se fueron a dormir y nos quedamos solos.
Como acostumbramos a hacer, vemos la tele y charlamos en general. Pero hoy ha sido diferente. Mi hermana no ha podido contener toda la angustia que tiene guardada, porque ella antes vivía con mi padre y la novia de mi padre le ha hecho la vida imposible durante dos años. Ella acabó llorando y yo abrazándola, intentando contener las lágrimas y consolarla. La verdad es que me dio mucha pena, pero cuando terminó ese mal rato me puse a pensar en "mis cosas" (ya sabes) y mi hermana empezó a extrañarse. Yo ya había decidido hoy contárselo, y lo había intentado soltar de sopetón seis veces esta mañana; pero, simplemente, no me salía. Cada vez que pretendía desprender de mis labios esas malditas palabras, mis pulmones se contraían. Sentía que me ahogaba cada vez que lo intentaba, y desistí.
Pero en aquel momento, ella me preguntó que en qué pensaba, aun teniendo ella los ojos rojos de haber llorado. No supe contestar. Me siguió insistiendo y yo soltaba bocanadas de aire de vez en cuando haciendo un amago de hablar, a la vez que me mordía las uñas, me pasaba la mano por el pelo o me apoyaba en las rodillas. Al final me puso a su lado, y me lo volvió a preguntar. Nos abrazamos y lloré; ella cada vez estaba más extrañada y, sobretodo, preocupada. Me exigió que le contara qué me pasaba, y fue entonces cuando mi corazón casi se sale del pecho. Sentí entonces con más intensidad que me ahogaba, que me faltaba el aire. Mi hermana me dijo que probablemente me estaba dando un ataque de ansiedad; ella sabe lo que son porque los ha sufrido mientras estaba con mi padre y su novia. Me temblaba la boca y la barbilla, como si estuvieran dormidas. Entonces ella me sacó afuera a que me tranquilizara y fue como empezar la conversación de nuevo, solo que con las ideas más claras.
Le dije que era un secreto y que sólo se lo contaría a ella de momento, pero no supo deducir nada. Le hablé de Lidia, la chica que me gusta, y la conversación fue algo así.
-Así que no sabes cómo declararte-, me dice.
-No, no es eso. Ella es mi amiga y no quiero declararme-, le contesté.
-¿Entonces qué es? Cada vez me entero menos-.
-Sé que es confuso, pero es muy difícil-.
-Bueno, cuéntamelo y cuanto antes te desahogues mejor para ti-.
Entonces me dispuse a contárselo y volvió el ataque de ansiedad. Dolor en el pecho, mareo, me temblaba la voz, se me dormía la mandíbula y alrededor de los ojos...
No me acuerdo cómo siguió la conversación, pues yo estaba en un estado de nervios que no podía más. Y fue entonces cuando me dijo:
-Eres gay-.
-Bisexual-.
-¿Bisexual?-. (Se rió).
Le dije que sí y que era serio, que mis dudas acerca de mi orientación sexual las tuve desde hace dos años y que ahora estaba seguro de eso. No me gusta eso de "bisexual", pero me gustan los hombres, y mucho, y las mujeres también, aunque puede que en menor grado.
Continuamos hablando acerca de ello. Ella me dijo que no era tan grave, no pareció ni sorprenderse. Me dijo que yo seguiría siendo el mismo para ella. Se alegró de haberse ido de casa de mi padre, y la verdad es que durante mucho tiempo mi hermana fue la persona en la que confiaba mis problemas, aun siendo yo tan tímido que casi me da un ataque de ansiedad por contarle algo "que no es tan grave".
Me dijo que no era ni malo, ni raro, ni nada. Yo seguiría siendo su hermano. A partir de ahí mi pulso cardíaco bajó; por lo menos bajó de la barrera de los 1000...
Entramos para adentro y me dijo: "Así que cuando me decías que "buah" al enseñarte al maromo ese estabas pensando "joder qué cuerpazo"" (se refiere al que ella me hizo descubrir, Marco Dapper, mi nuevo amor platónico).
Ahora estoy muchísimo mejor, hasta me dijo que siempre había querido tener un amigo gay. Nos abrazamos mucho.
Y, lo mejor de todo, me siento mejor conmigo mismo. Ser bisexual no está mal, es a lo que me refería cuando dije que no era del todo desagradable mi armario...
ES A ESTO A LO QUE ME REFERÍA:
Este tío me pone a cien...

Y a esta tía la amo desde que tenía siete años jajaja.